
Autora: Ester Sánchez-de León Rodríguez
Cuando trabajo con un deportista surge la pregunta de si siente estrés durante la competición.
Si responde que “si”, inmediatamente después suele añadir “… pero me gusta esa sensación, me siento bien, bueno otras veces no tanto”.
Es curioso observar la ambigüedad que experimenta al decirlo. Por un lado, lo reconoce y lo percibe como una sensación de energía, de “subidón” ante el rival. Y por otro lado, aparece un sentimiento de incomodidad porque, seamos sinceros, socialmente reconocer que estás estresado no está bien visto porque se asocia a la falta de control ante acontecimientos más o menos normales que se presentan en la vida. Esto sumado a que, cada vez, hay más investigaciones sobre los graves efectos secundarios relacionados con el deterioro de la salud y que nadie quiere sufrir, se entiende por qué tiene una “imagen” tan negativa que se rechaza de inmediato.
Si eres deportista, quizá te identifiques con estas sensaciones o quizá tengas otras muy diferentes. Sí, el estrés es así, cada persona lo percibe y lo gestiona de manera diferente, y no todas son beneficiosas. La buena noticia es que, si quieres, puedes aprender a gestionarlo y regularlo para que rinda a tu favor.
El lado positivo del estrés
Efectivamente el estrés tiene un lado positivo, de “subidón”, un lado motivador que empuja a dar el máximo rendimiento en un entorno competitivo. El efecto tiene un tiempo limitado y se enfoca en conseguir una recompensa. Por eso, durante un partido o una competición, un deportista puede percibir esa sensación de “estar a gusto” y sentir el control de la situación, lo que le empuja a dar lo mejor en ese momento en el que hay un objetivo principal: ganar.
El lado perjudicial del estrés
Sin embargo, no todos los deportistas viven las situaciones estresantes en su versión más positiva. Esa misma situación puede aparecer como una presión física, mental o emocional y tan siquiera ser consciente de ello porque forma parte de las rutinas del día a día. Si percibe que no puede controlar la situación comienza a sentir esa presión produciendo un efecto negativo que afecta, no solo al rendimiento deportivo que disminuye, sino también a la salud si se prolonga en el tiempo más de lo necesario y no se revierte la situación a tiempo.
Las dos perspectivas del estrés en la competición
Como ves el estrés puede afectar al jugador o jugadora de dos maneras muy diferentes:
- La primera, una sensación de alta motivación, donde el eustrés o eutrés, (estrés positivo) activa el cuerpo y la mente mejorando el rendimiento.
Si como jugador estás entrenado para regular el estrés hacia este lado de la balanza te impulsará a:
- Estar concentrado durante las competiciones o partidos.
- Entrenar sin sobrecargas y de manera saludable.
- Mantener buenos hábitos que fortalezcan aún más su rendimiento.
- Mantener el control mental durante el juego.para tomar decisiones acertadas en momentos críticos.
- La segunda, una percepción negativa que recibe el nombre de distrés. Esta bloquea el cuerpo y la mente cuando, como jugador, te encuentras ante situaciones críticas que te estresan provocando que el rendimiento deportivo disminuya debido a la presión que te genera. Esto puede inducir a:
- Perder la concentración durante el juego y el entrenamiento anulando la capacidad de tomar decisiones decisivas en momentos críticos.
- Sufrir más lesiones.
- Descuidar los buenos hábitos necesarios para estar al 100% disminuyendo el rendimiento deportivo.
- Empeorar las relaciones con el equipo o el entrenador además de las personales.
La alta competición y el momento critico del estrés positivo
Incluso el estrés en su forma más positiva puede convertirse en perjudicial si esos momentos son continuos y prolongados en el tiempo, como ocurre en la alta competición donde las temporadas son largas y el nivel de exigencia muy alto.
Se puede llegar al agotamiento mental y físico que lleva al deportista a padecer más lesiones y a bajar el rendimiento de manera evidente, incluso, a veces, teniendo que hacer un parón más largo de lo que les gustaría para recuperar la salud mental y un mejor nivel físico.
Un momento en el que contar con un buen profesional para reenfocar la situación es necesario y con un programa que no solo ayude a la recuperación sino que, además, refuerce el bienestar del jugador o la jugadora para volver con más fuerza a los circuitos de la alta competición.
Mantener una buena relación con el estrés
Para evitar que un deportista llegue a sufrir todos esos efectos negativos a lo largo de la temporada, la solución es mantener una relación saludable con el estrés. Para ello, se pueden practicar algunos hábitos saludables que ayuden a recuperar la energía y a regularlo de manera positiva para reforzar el bienestar físico y mental.
4 hábitos saludables para manejar positivamente el estrés tras la jornada deportiva
Hay muchas maneras para que el cuerpo se recupere después de una jornada deportiva estresante y cada persona necesita encontrar su propio método, aunque incluir estos 4 hábitos en las rutinas de un deportista ayudarán a manejarlo positivamente. Pueden sonar obvios, pero cuando se está sufriendo la presión de un alto nivel de estrés, se puede olvidar hacer hasta lo más obvio, te lo aseguro:
- Relajación muscular. Tras llevar al límite el cuerpo durante la competición o tras el alto rendimiento durante los entrenamientos, que el cuerpo se recupere es fundamental. Los masajes y los buenos estiramientos ayudan a disminuir las tensiónes musculares acumuladas por el esfuerzo físico además de las producidas por el estrés.
- Relajación mental. Las ventajas de la meditación siguen sumando adeptos en el mundo científico debido a los buenos resultados que siguen demostrando a nivel mental y también físico. Una meditación guiada puede hacer que la mente se relaje y ayude al cuerpo a liberar tensiones para recuperar el bienestar y mantener el rendimiento.
- Evita las pantallas antes de dormir. El uso de las pantallas antes de dormir retrasa el sueño, sustituirlas por otros rutinas más saludables como leer un libro o escuchar música tranquila, relaja y conduce a un sueño reparador, necesario para estar a un buen nivel de rendimiento cada día.
- Entrena tu mente para que acompañe a tu cuerpo y ambos estén preparados para enfrentarte a tu rival al máximo nivel la próxima vez que te enfrentes a él.
Como ves, el estrés puede ser un aliado o convertirse en tu destructor llevándote al desgaste mental y físico si no estás preparado. Por eso, es importante aprender a detectarlo de manera inmediata y trabajar desde un enfoque positivo con un buen entrenamiento profesional como el del programa Inner Balance de Motiva Tu Mente que te ayudará a alcanzar el máximo rendimiento y potenciar tu carrera deportiva al máximo nivel manteniendo tu bienestar físico y mental mientras disfrutas del equilibrio personal y de una carrera saludable.